Sociedad

San Pedro y San Pablo, santos e inmortales

“No es la fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos lo que hace de los hombres superiores”. Friedrich Nietzsche.

Hoy miércoles 29 de junio es feriado y se recuerda a los mártires de la Iglesia, San Pedro y San Pablo, uno de ellos formo parte del privilegiado grupo de hombres que Jesús escogió para ser parte de los 12 Apóstoles y así ser fundadores de la Iglesia cristiana, apoyados sobre la piedra angular, Jesucristo. El otro, un fariseo, que odiaba a Cristo y a sus seguidores. No obstante, su vida daría un giro de 360 grados al aparecérsele Jesucristo resucitado, converso, sería el máximo exponente del cristianismo después de Jesús. Conozca un poco de los personajes causantes del feriado.

Pedro. Uno de los primeros apóstoles de Jesús. Él y su hermano Andrés eran pescadores. Ambos formaban parte del consagrado grupo de los 12 Apóstoles de Cristo(griego) o Mesías(hebreo) cuyo significado es “Ungido”, aquel que anunciaban los profetas, elegido para cumplir una posición especial en los planes de Dios, a saber, salvar a la humanidad. Pedro estaba casado y era de carácter impulsivo. Por ejemplo, cuando les pregunta Jesús a sus discípulos: “Ustedes. quien dicen que soy?”, Pedro responde de inmediato: “Tu eres el Cristo el Hijo del Dios vivo”. También la ocasión en que Jesús anunciaba su muerte nuevamente Pedro ipso facto le dice: “¡Dios no lo permita, Señor! Nunca te sucederán tales cosas.” Pero, un defecto o debilidad, era su temor a los hombres. Aquello es visible al momento de negar a Jesús tres veces cuando en medio de la noche juzgaban a Jesús, el deseaba pasar desapercibido…los judíos lo reconocieron y le increparon ser discípulo de Cristo. Otro suceso fue cuando estuvo reunido con discípulos gentiles (de las naciones) y al ver a los discípulos judíos (su pueblo), Pedro se retiró de ellos (los gentiles) y se juntó con los judíos dejando a un lado al otro grupo de discípulos. En ese momento Pablo lo encara y pone al descubierto lo errada de su conducta. Escribió 1 Pedro y 2 Pedro del Nuevo Testamento.

Es interesantísimo este detalle: Cuando Jesucristo resucito se le apareció a Pedro y cocinando pescado, le pregunto: “Simón hijo de Juan, ¿Me amas más que estos? y Pedro respondió: “Si Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Jesús responde: “Apacienta a mis ovejitas”. Esto lo hizo tres veces, al igual que las tres veces que lo negó Pedro, como dándole la oportunidad de corregir aquel infortunado suceso, y así, confirmar Pedro su cariño al Maestro; y Jesús, por su parte, su perdón.

Pablo. Antes Saulo de Tarso (Cilicia) hombre culto y educado experto en leyes (un Abogado en nuestros días), fariseo, tuvo como maestro al sabio Gamaliel quien era un maestro respetado de la época. Era soltero, insolente y orgulloso. No formo parte de los 12 Apóstoles, pero se le nombro “Apóstol a los Gentiles” (o Naciones). Esto sucedió de camino a Damasco al ir a solicitar permiso para perseguir a los cristianos; ahí se le apareció Jesucristo, él cual solo pudo ver y oír Pablo, Jesús le increpo por qué lo perseguía, quedando Pablo ciego y recupero la vista por medio de Ananías. Escribió 14 cartas que forman parte del Nuevo Testamento: Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos.

El apóstol Pablo hablo de su incansable y descollante labor como cristiano: “¿Son hebreos? También yo lo soy. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son descendientes de Abrahán? También soy yo. ¿Son ministros de Cristo? Empiezo a hablar como un loco: yo lo soy más que ellos. Más por mis numerosas fatigas, más por el tiempo pasado en cárcel, mucho más por los golpes recibidos y por las muchas veces que me encontré en peligro de muerte. Cinco veces fui condenado por los judíos a los treinta y nueve azotes, tres veces fui apaleado, una vez fui apedreado, tres veces naufrague y una vez pase un día y una noche perdido en alta mar. Viajes frecuentes, peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros por parte de mis compatriotas, peligros por parte de los paganos, peligro en la ciudad, peligros en lugares despojados, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. Trabajos y agotamiento, con noches sin dormir, con hambre y sed, con muchos días sin comer, con frio y sin abrigo. Además de estas cosas, pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias”.

Ambos mártires murieron probablemente durante la persecución de Nerón en Roma, por las razones arriba ya expuestas. Vencieron a la muerte, para siempre en el cielo. Santos e inmortales.

Martín Cabana


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