Mientras en Londres los nombres de las calles son fijos y en Bogotá o Nueva York son numerales, en Lima se promueve aún más el caos con constantes cambios de las denominaciones de sus arterias.
Ahora que López Aliaga es alcalde, él busca bautizar como Castañeda Lossio a varias vías. En Villa El Salvador fracasó en hacer ello con la Av. Pastor Sevilla, pero ahora la quiere imponer con la Av. Separadora Industrial.
Castañeda es el único ex burgomaestre capitalino que murió en prisión domiciliaria por corrupción, por lo que hacer ello es una ofensa para las mayorías. Además, se generan redundancias, pues hay decenas de estaciones del Metropolitano que tienen placas con su nombre.
Si habría que nombrar nuevas calles, barrios o plazas, estas debieran hacerlo en honor a grandes luchadores sociales como Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Javier Diez Canseco, Ricardo Letts, Raúl Wiener, Roberto Chiara, Saúl Cantoral, Pedro Huica, Horacio Zeballos, etc.
Si habría que eliminar nombres, estos debieran ser lo de corruptos (como Castañeda), de dictadores que hicieron asesinatos en masa (como Sánchez Cerro, Benavides, Odría o Fujimori) y de virreyes y conquistadores.
La estatua de Francisco Pizarro fue removida de la zona de la Plaza Mayor, aunque el palacio presidencial lleva su nombre y sus restos dominan la Catedral de Lima. Estos últimos debieran ir a parar a un museo especial y el mayor templo peruano debiera llenarse de figuras indígenas (pues hoy casi todos son blancos europeos).
Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.
Miguel Bolaños
PD- Un espacio público debiera darse a le memoria de Miguel Bolaños (4-5-1954/23-6-2023), donde se debieran exhibir sus cuadros, murales y esculturas. Durante medio siglo militó en todos los paros nacionales y numerosas marchas y huelgas. En 1979 fue apresado por la dictadura militar, tras lo cual sufrió un extenso proceso de persecuciones judiciales. Su pluma, pincel y cincel las dedicó a los trabajadores. Sus amigos le decíamos “vikingo”, pero él no irá al Valhala, sino a nutrir a la Pachamama y a ser parte del Olimpo de los grandes artistas peruanos comprometidos con su pueblo.
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