Quejas y retrasos persistentes

Caos y malestar marcan inicio de operaciones en Jorge Chávez

Usuarios reportan demoras, congestión vial y tarifas elevadas en traslados desde el aeropuerto limeño.

Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez enfrenta críticas por demoras, congestión y tarifas elevadas

Callao.- A tan solo días del inicio de operaciones del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, los pasajeros ya reportan serios inconvenientes que empañan la prometida modernización de la experiencia aeroportuaria. Las quejas más recurrentes incluyen demoras en la entrega de equipajes, congestión vehicular en las rutas de acceso y altas tarifas en los servicios de taxi, generando una ola de inconformidad entre usuarios nacionales y extranjeros.

Uno de los problemas más señalados ha sido la espera prolongada en la zona de equipaje. Algunos viajeros aseguran haber aguardado más de una hora para recibir sus maletas, lo que ha causado malestar, especialmente entre quienes llegan agotados de vuelos largos. Esta situación, lejos de representar un avance, evidencia falencias en la logística interna del nuevo terminal.

A nivel de accesos, las avenidas Faucett, Morales Duárez y Santa Rosa se han convertido en verdaderos cuellos de botella. El tráfico intenso comienza desde tempranas horas del día, y se han registrado demoras de hasta 30 minutos en tramos que antes se recorrían con fluidez. Conductores y pasajeros coinciden en que la señalización no ha sido adecuada para las nuevas rutas de ingreso, lo que ha agravado la situación. Las autoridades han iniciado operativos de monitoreo y recalibración de semáforos, especialmente en Morales Duárez, donde el flujo vehicular ha superado la capacidad actual.

En respuesta a este colapso, se ha anunciado la construcción de un nuevo puente vehicular sobre Morales Duárez. Esta obra, que deberá iniciar en las próximas semanas, busca aliviar el tráfico y mejorar el acceso. Asimismo, se ha previsto la intervención de avenidas estratégicas como Argentina y Venezuela para reforzar la conectividad en el Callao.

Otra fuente de malestar es el elevado costo del transporte desde el aeropuerto. Actualmente, solo Uber y Cabify cuentan con autorización para operar dentro del nuevo terminal, lo que ha generado tarifas que oscilan entre S/80 y S/100 para destinos relativamente cercanos como Pueblo Libre o San Juan de Miraflores. Muchos pasajeros expresan su frustración al sentirse obligados a aceptar estos precios, dado que no existen otras alternativas visibles o señalizadas al salir del terminal.

Aunque el servicio de AeroDirecto representa una opción más económica, la falta de información clara sobre su ubicación y funcionamiento limita su uso. Esta alternativa, ubicada en el segundo nivel del aeropuerto, conecta con distintos puntos de Lima, pero no resulta práctica para quienes viajan con equipaje voluminoso o niños pequeños.

Los problemas también se extienden a las salas de embarque, donde se han registrado largas colas y esperas prolongadas. Una pasajera relató que, tras aterrizar en Lima, esperó más de una hora por su equipaje y luego enfrentó una tarifa de S/90 por un viaje corto.

Este panorama ha generado una percepción negativa del nuevo aeropuerto, que debería representar una mejora sustancial en infraestructura y servicios. En lugar de ello, los primeros días de funcionamiento están marcados por el desorden operativo, los altos costos y la ineficiencia logística, generando dudas sobre su capacidad para responder a las necesidades reales de los usuarios.

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