Raíces peruanas

Papa León XIV, naturalizado peruano, evoca Chiclayo y su historia tras elección apostólica

Robert Prevost trabajó décadas en Perú; vivencias cotidianas lo conectaron con fieles sanmarquinos

Fuente: Internet

Vaticano, - Robert Francis Prevost, conocido ahora como Papa León XIV, nació en Chicago en 1955, pero desde hace varias décadas tiene un vínculo profundo con Perú, y particularmente con la diócesis de Chiclayo. En 2015 obtuvo la nacionalidad peruana, año en el que también fue nombrado obispo de dicha diócesis.

Prevost vivió largos períodos en tierras peruanas como misionero agustino. Sus destinos incluyeron Chulucanas, Trujillo y Chiclayo, donde brindó servicio directo a comunidades, ejerció docencia en seminarios y participó de las actividades parroquiales más humildes.  En Chiclayo no sólo celebraba misas y sacramentos, sino que también era conocido por pequeños gestos que lo acercaban al pueblo: por ejemplo, desayunos locales, encuentros vecinales, y participación en festividades religiosas de barrios populares. 

El 10 de mayo de 2025, tras la fumata blanca que lo eligió como pontífice, Prevost envió su primer saludo desde el balcón de San Pedro en el Vaticano. Lo hizo en español, mencionando expresamente a su «querida diócesis de Chiclayo», demostrando que sus lazos con esa ciudad no se han diluido. 

En sus años en Chiclayo, se recuerda que impulsó diversas obras sociales: mantuvo abiertos comedores parroquiales con cientos de raciones diarias, participaba de procesiones barriales, celebraba misas en los barrios, y estaba atento a necesidades materiales de comunidades más pobres.  Quienes lo conocen destacan su humildad (“pastor cercano”), su interés por confiar responsabilidades a laicos y jóvenes, y su capacidad de acompañar los procesos de fe con presencia cotidiana. 

Sus raíces familiares también reflejan diversidad: su madre tiene ascendencia española, y su padre tiene linaje franco-italiano. Esto, sumado a su doble nacionalidad, lo convierte en una figura que simboliza puente cultural entre América Latina y otros continentes. 

Un dato significativo es que Prevost no solo enseñó o administró en grandes estructuras eclesiales, sino que se involucró en labores donde el contacto con la realidad socioeconómica de la población era directo: como vicario parroquial, docente y formador, pastor rural, liderando refugios espirituales en zonas vulnerables. 

Esta historia ha generado en Chiclayo y en varias regiones del norte del Perú una mezcla de orgullo, admiración y efectividad pastoral. Vecinos recuerdan que, aun siendo extranjero de origen, Prevost se adaptó, aprendió costumbres peruanas, se empapó de la cultura local, y en muchos sentidos se dejó “chiclayanizar”. 

Ahora, como Papa León XIV, su elección ha resonado más allá de lo religioso: representa para muchos peruanos la confirmación de que alguien de origen extranjero, que hizo camino en el Perú, puede ser elegido líder de la Iglesia Católica con un reconocimiento visible de sus vínculos con el país.

Fuente: El comercio

 

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