Crisis humanitaria tras terremoto

Terremoto de magnitud seis deja cientos de muertos en Afganistán

Escasez de ayuda internacional complica respuesta ante catástrofe afgana

Afganistán.- Un devastador terremoto de magnitud 6,0 sacudió la noche del 31 de agosto el este de Afganistán, provocando una de las mayores tragedias naturales en los últimos años del país.

El epicentro se localizó cerca de la ciudad de Jalalabad, afectando principalmente a las provincias de Kunar y Nangarhar, donde aldeas enteras quedaron destruidas y miles de personas resultaron afectadas.

Las cifras oficiales aún son confusas, pero los reportes de las autoridades locales y organismos internacionales confirman que entre 600 y 800 personas han muerto, mientras que los heridos superarían los 2 000.

La magnitud del desastre se explica por la fragilidad de las viviendas, construidas en su mayoría con barro y piedra, que se desplomaron en segundos dejando a numerosas familias atrapadas bajo los escombros.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) registró el sismo con una magnitud de 6,0 y una profundidad cercana a los 10 kilómetros, lo que amplificó su poder destructivo.

Además, se han producido varias réplicas, incluyendo dos de magnitud 5,2, que han complicado aún más las labores de rescate y aumentado el temor de los sobrevivientes.

En Kunar, la provincia más afectada, varias aldeas quedaron arrasadas. En Nangarhar también se reportaron decenas de muertos y heridos, con hospitales colapsados por la cantidad de víctimas.

Equipos de rescate movilizaron helicópteros y realizaron más de 40 vuelos de evacuación, trasladando a heridos graves y cuerpos hacia hospitales en Kabul y otras ciudades. En total, se evacuó al menos a 420 personas en las primeras horas tras la catástrofe.

Los trabajos de ayuda se ven dificultados por la geografía montañosa de la región, los deslizamientos de tierra provocados por las réplicas y la falta de vías de acceso.

Muchos poblados permanecen incomunicados y solo es posible llegar a ellos por aire, lo que retrasa la atención médica y el envío de ayuda humanitaria.

El desastre ocurre en un país golpeado por una profunda crisis humanitaria y política. Afganistán, bajo el control del régimen talibán, sufre recortes de la cooperación internacional, deportaciones masivas y pobreza extrema.

Estos factores limitan gravemente la capacidad de respuesta ante una emergencia de tal magnitud. La ONU y otras agencias humanitarias han advertido que la situación es una “tormenta perfecta” que puede multiplicar el sufrimiento de la población.

Este terremoto recuerda al ocurrido en junio de 2022 en la región de Paktika, que también tuvo una magnitud cercana a 6 y dejó más de 1 000 muertos.

Afganistán se encuentra en una zona altamente sísmica, en la intersección de las placas tectónicas india y euroasiática, lo que lo convierte en un país muy vulnerable a este tipo de desastres.

Mientras continúan las labores de búsqueda y rescate, miles de familias permanecen a la intemperie, temiendo nuevas réplicas y enfrentando la falta de alimentos, agua potable y atención médica.

La tragedia ha puesto nuevamente en evidencia la fragilidad de Afganistán frente a los desastres naturales y la urgente necesidad de apoyo internacional.


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