Suboficial Yuliana Huamaní fallece tras someterse a cirugía estética y su familia exige justicia

Arequipa.- Yuliana Huamaní Benavides tenía solo 28 años y una carrera prometedora en la Policía Nacional del Perú. Era parte de la División de Investigación de Alta Complejidad (Diviac), donde trabajaba con compromiso y valentía. Su familia nunca imaginó que aquel jueves 3 de abril sería el último día que la verían con vida, tras someterse a una cirugía estética de la que no les había contado nada.

El viernes por la mañana, la familia recibió una llamada que cambió todo, les informaron que Yuliana estaba grave en la clínica San Juan de Dios. Había sido llevada desde el centro estético Bodytite, en Yanahuara, con diagnóstico de insuficiencia renal y respiratoria aguda, acidosis y shock distributivo severo. Recién entonces supieron que había sido operada y que su vida pendía de un hilo. A las 10 de la noche del domingo, falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Su familia aún no entiende cómo pasó todo tan rápido, dicen que Yuliana fue trasladada a la clínica sin ser identificada, lo que demoró su atención adecuada, nadie les explicó qué tipo de operación se le hizo ni por qué surgieron tantas complicaciones, lo único claro para ellos es que su hija llegó con vida al centro estético y días después salió sin ella. Ahora solo buscan respuestas.

El padre de Yuliana presentó una denuncia por presunta negligencia médica en la comisaría de Yanahuara. En ella se señala al médico José Ruiz como uno de los profesionales que habría participado en la intervención. La investigación ha sido asumida por la División de Homicidios de la Divincri y está en manos del fiscal Eufracio Ticona Zela. Para su familia, esta no es solo una pérdida: es una herida abierta que necesita justicia.

Desde la Policía Nacional, el general Olger Benavides Ponce lamentó profundamente la partida de Yuliana. Destacó su entrega y profesionalismo dentro de la institución. “Era una agente valiente, comprometida con la justicia. Su muerte es una gran pérdida para todos nosotros”, expresó. También informó que se le rendirán todos los honores correspondientes, como homenaje a su labor.

Yuliana no solo era una policía, era hija, hermana, amiga, amaba su trabajo, pero también soñaba con crecer, viajar, vivir. Su historia ha tocado a muchos y ha puesto sobre la mesa la urgente necesidad de mayor control sobre las clínicas estéticas y las cirugías electivas. Mientras su familia la despide con dolor, el pedido es uno solo: que se investigue y que ninguna otra joven tenga que pasar por lo mismo.

Fuentes sin fronteras, correo 

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