Caballitos de totora vivos

Huanchaco conserva pesca milenaria sobre caballitos de totora

Tradición ancestral conecta mar, cultura e identidad norteña peruana.

Trujillo / La Libertad.- En el pintoresco balneario de Huanchaco, a pocos kilómetros de Trujillo, las olas siguen siendo surcadas por pescadores que utilizan los históricos caballitos de totora.

Este método milenario, heredado de las culturas Moche y Chimú, fue el eje central del reportaje televisivo “Huanchaco: jinetes de mar”, que mostró cómo esta práctica continúa viva como símbolo de identidad cultural y resistencia frente a la modernidad.

Los caballitos de totora, conocidos como “tup” en lengua mochica, son embarcaciones ligeras fabricadas a mano con cañas de totora.

Durante siglos han servido a los pescadores para ingresar al mar, colocar y recoger sus redes, y regresar con la pesca del día.

Para muchos expertos, se trata de una de las primeras formas de surf registradas en el planeta, lo que refuerza el vínculo entre la tradición pesquera y el turismo deportivo.

Huanchaco, además de su relevancia cultural, es reconocido internacionalmente como Reserva Mundial de Surf, distinción otorgada en 2013 que resalta su papel como punto de encuentro entre historia, mar y turismo.

La convivencia entre pescadores tradicionales y surfistas modernos ha convertido a este balneario en un espacio único que combina lo ancestral con lo contemporáneo.

El reportaje destacó que, a pesar de la llegada de embarcaciones modernas, los pescadores de Huanchaco siguen apostando por este método artesanal. Las nuevas generaciones han heredado de sus padres y abuelos la destreza de construir y maniobrar los caballitos de totora, manteniendo un lazo profundo con el mar y con su cultura ancestral.

La tradición no se sostiene únicamente en el agua: los balsares de Huanchaco, humedales donde crece la totora, cumplen un rol fundamental.

Estos ecosistemas proveen la materia prima para la construcción de las embarcaciones y son vitales para la preservación de esta práctica. El cuidado de los balsares es, por tanto, una prioridad para garantizar que la tradición siga viva en el futuro.

El balneario también se ha consolidado como escenario de competencias internacionales de surf, incluyendo campeonatos mundiales de longboard.

Sin embargo, más allá del deporte, Huanchaco representa un ejemplo de resiliencia cultural y de identidad costera que ha logrado trascender fronteras.

La práctica de navegar en caballitos de totora no solo tiene un valor económico y turístico, sino también espiritual y simbólico.

Los pescadores la consideran un legado que honra a sus ancestros y conecta directamente con la cosmovisión marítima de los pueblos originarios del norte peruano.

El reportaje “Huanchaco: jinetes de mar” puso en relieve cómo este patrimonio vivo combina tradición, modernidad, turismo y conservación ambiental, convirtiendo a Huanchaco en un destino que preserva su esencia mientras se proyecta al mundo.


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