Héroe del país

8 de octubre: homenaje al heroico legado de Miguel Grau.

Un día como hoy se recuerda el acto heroico de Miguel por entregar su vida al Perú

Fuente Fotográfica: Diario Correo

Lima.- Un día como hoy de 1879, a las 9:40 de la mañana, el monitor Huáscar, al mando del contralmirante Miguel Grau, abrió fuego contra el blindado chileno Lord Cochrane. Así dio inicio el combate de Angamos, episodio que inmortalizó a los marinos peruanos que entregaron su vida por la patria aquella mañana.

Las maniobras del Huáscar, que logró poner en aprietos a una escuadra con mayor poder de fuego y mejor equipada, comenzaron tiempo antes. El episodio más recordado de esa primera fase fue el Combate de Iquique, ocurrido el 21 de mayo de 1879.

En esa oportunidad, Miguel Grau obtuvo el título de Caballero de los Mares por rescatar a los marinos chilenos de la corbeta Esmeralda, hundida en combate, y por enviar a la viuda del capitán Arturo Prat sus pertenencias personales , entre ellas su diario, uniforme y espada, acompañadas de una carta de condolencias.

Durante los meses que duró la campaña naval, Grau, al mando del Huáscar, logró eludir a las embarcaciones chilenas de mayor blindaje. Sin embargo, aquel 8 de octubre cayó en una emboscada de la que no pudo escapar.

Según el reporte del combate publicado en el Diario Oficial El Peruano, el Huáscar, acompañado por la corbeta Unión, retornaba a los puertos peruanos cuando, alrededor de las cuatro de la mañana, se avistó la aproximación de embarcaciones enemigas. Grau, experimentado en este tipo de situaciones, ordenó que su nave y la corbeta que lo acompañaba cambiaran de rumbo para evitar el combate.

Horas después, divisaron otro grupo de buques chilenos que bloqueaba el paso. La corbeta Unión logró maniobrar y evadir la estrategia enemiga; en cambio, el Huáscar tuvo que enfrentar a los blindados Lord Cochrane y Blanco Encalada.

Pese a la desventaja, Grau intentó embestir a las naves enemigas, aunque sin éxito. Cerca de una hora después, en pleno combate, una granada impactó cerca de la torre de mando y, al estallar, acabó con la vida del héroe de la Marina de Guerra del Perú.

Sus hombres continuaron luchando y, al verse sin alternativas, intentaron hundir el buque. No obstante, el intento no tuvo éxito. Tras el fin del combate, en el Huáscar aún se hallaron algunos restos del cuerpo de Grau; el resto se perdió en el mar donde alcanzó la gloria.

Los restos de Miguel Grau y de otros héroes fueron repatriados desde Chile al Perú a mediados de 1890. La comitiva estuvo encabezada por el capitán de navío Melitón Carbajal, sobreviviente del combate de AngamosSegún la edición del 16 de julio de ese año, Carbajal resaltó los homenajes que se rindieron a Grau en Santiago y Valparaíso.

En su retorno al país, el primer lugar donde se rindieron honores a los restos del contralmirante y de otros héroes fue el Callao. Entre los discursos ofrecidos destacó la oración fúnebre pronunciada por el doctor Amadeo Figueroa en la Iglesia Matriz del Primer Puerto.

Con una prosa refinada, en la que vinculaba el sacrificio de los peruanos con pasajes bíblicos, el doctor Figueroa afirmó que Grau y los demás héroes “no habían muerto, pues los héroes nunca mueren: viven en la historia y un trono de gloria se erige en la memoria de la posteridad”.

Fuente: Andina






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