Emoción en paro
Conductor rompe en llanto durante paro: “Me despido de mi familia, no sé si vuelvo”
Bajo el paro de transportistas, chofer admite temor por represalias al dejar a su hogar.

Fuente: Composición LR
Lima. -Durante la jornada del paro de transportistas en Lima, se vivió un momento de gran carga emocional cuando un conductor, claramente afectado, se quebró frente a su unidad y, entre sollozos, lanzó una frase profunda: “Me despido de mi familia porque no sé si voy a regresar”. Esta escena, captada por numerosos testigos y compartida en redes sociales, resume el drama humano que enfrentan muchos trabajadores del volante durante las protestas.
Los transportistas han venido denunciando que los ataques, las amenazas y la falta de seguridad van más allá de los bloqueos viales: para ellos, cada día en circulación implica peligro. Según declaraciones previas de dirigentes del sector, varios conductores han sido víctimas de extorsiones, agresiones armadas o incluso asesinatos por no pagar “cupos”. Este clima de tensión ha estado presente en protestas anteriores, y hoy se ve reflejado en la angustia de quienes siguen laborando bajo riesgo constante.
La escena del llanto del conductor ocurrió cuando intentaba abrir la placa de su bus para movilizar pasajeros. Ante el silencio expectante de usuarios y colegas, se le escuchó decir: “No sé si vuelvo… me despido de mi familia”. Algunos presentes se acercaron para consolarlo mientras él intentaba recomponerse. El momento conmovió incluso a brigadas de transporte que se unieron simbólicamente a su dolor.
Organizadores del paro confirmaron que esta manifestación no solo exige sanciones contra mafias y bandas que operan extorsiones, sino también garantías reales para los trabajadores del transporte que, aseguran, están expuestos a amenazas constantes. En las últimas semanas, se reportaron episodios violentos: buses atacados, disparos contra unidades en marcha y demanda de mayor intervención policial y judicial.
Usuarios del transporte público que acudieron ese día comentaron que muchos choferes no salieron a trabajar por temor. Aquel que lo hizo, cargó con la angustia de dejar su casa sin saber si regresaría sano. También señalaron que los bloqueos y la falta de rutas alternativas agravan la situación, dificultando el retorno seguro de los conductores.
Voceros de los gremios han manifestado que continuarán con las protestas hasta que el Congreso y el Ejecutivo aprueben medidas concretas, entre ellas la creación de un cuerpo especial para combatir la extorsión al transporte público, protección policial reforzada y penas más severas para agresores. Algunos han adelantado que el paro podría extenderse si no hay respuestas.
Este episodio del conductor llorando se convierte en símbolo vivo del sufrimiento que cargan quienes movilizan a la ciudad día tras día. No es solo una protesta de gremios, sino un llamado a que la sociedad comprenda la dimensión humana detrás del volante: hombres y mujeres que arriesgan su integridad para ganarse el sustento, muchas veces con la incertidumbre de volver a casa.
Mientras tanto, pasará a la historia de estas movilizaciones ese instante lleno de impotencia y lágrimas, que muchos interpretan como un espejo del Perú que exige justicia, seguridad y reconocimiento para sus trabajadores más vulnerables.
Fuente: La República
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