Conservación de especie
Lambayeque: Osinfor supervisa zoocriadero con 98 pavas aliblancas
El espacio recrea las características del bosque seco y el entorno propio de esta especie.

Fuente Fotográfica: Ojo
Lambayeque.- La pava aliblanca, especie que estuvo en peligro de extinción y hoy muestra signos de recuperación gracias al trabajo de diversas instituciones, es cuidada en un zoocriadero del distrito de Olmos supervisado por el Osinfor.
El zoocriadero de la Asociación Crax Perú se encuentra en el distrito de Olmos, provincia y región Lambayeque, a dos horas y media de Chiclayo. Es un establecimiento autorizado por Osinfor donde se garantiza la conservación de la pava aliblanca mediante la reproducción en cautiverio. El objetivo es mantener un stock genético que permita reintroducir la especie en su hábitat natural. Actualmente, el zoocriadero alberga 98 ejemplares de pava aliblanca.
La pava aliblanca es una especie endémica del Perú que habita exclusivamente en los bosques secos de Lambayeque, Piura y Cajamarca. Su población estuvo al borde de la desaparición por la caza ilegal y la pérdida de su hábitat, al punto de ser considerada extinta durante casi un siglo, hasta su redescubrimiento en 1977.
Es un ave de pequeño tamaño, con plumaje negro y blanco, aunque este último color solo se aprecia cuando extiende las alas o emprende el vuelo. Freddy Palas, coordinador de la oficina de Osinfor en Chiclayo, subrayó el papel fundamental de la pava aliblanca en la conservación del bosque seco de la región. “Es la guardiana del bosque seco”, señaló.
El especialista indicó que “al desplazarse por amplias zonas y excretar semillas, la especie favorece la regeneración natural de la vegetación del ecosistema". Con el propósito de recrear un entorno similar a su hábitat natural, el zoocriadero ha incorporado árboles de algarrobo y zapote, especies propias del bosque seco donde habita la pava aliblanca.
Los árboles fueron ubicados en los espacios donde habitan las pavas aliblancas, permitiendo que se posen sobre ellos como lo harían en su entorno natural. Esto se debe a que esta especie solo descansa en maderas que identifica como parte de su hábitat.
En el zoocriadero, las pavas aliblancas están distribuidas por etapas de desarrollo: una zona alberga a los ejemplares reproductores, otra a los juveniles y una tercera a los polluelos, cada grupo con su alimentación específica.
Esta especie se reproduce una vez por año, con puestas de entre dos y tres huevos. No obstante, debido a las condiciones del entorno y la fertilidad, tras un mes de incubación suele sobrevivir únicamente un polluelo.
Por su ritmo biológico más lento en comparación con otras aves, cada pava aliblanca requiere al menos dos años de vida para iniciar su reproducción. El especialista Jhon Pérez explicó que el trabajo del zoocriadero se centra en conformar nuevas parejas reproductivas para preservar la especie. “Aplicamos técnicas de apareamiento natural, emparejamiento por selección e incubación artificial”, precisó.
El trabajo de conservación de la pava aliblanca se refuerza con programas de educación ambiental dirigidos a las comunidades locales, con el objetivo de promover la protección de la especie. Estas acciones se realizan en coordinación con el Serfor y el Osinfo
El Osinfor supervisa la correcta ejecución del plan de manejo autorizado y ofrece asistencia técnica para garantizar el bienestar de los ejemplares, contribuyendo así a la recuperación de la especie y a la conservación de los bosques secos del norte del país.
Fuente: Andina
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