Ecos Wari emergen
Asentamiento circular revelado en Chincheros, Apurímac
UNSCH confirma arquitectura doméstica y ritual; siglo XI, Muyu Urqu.

Fuente Fotográfica: Infobae
Apurimac.- Arqueólogos peruanos reportaron el hallazgo de evidencias de un asentamiento asociado a la expansión Wari en la provincia de Chincheros, región Apurímac. El sitio arqueológico se conoce como Muyu Urqu y se ubica en la comunidad campesina Andrés Avelino Cáceres de Tejahuasi. La investigación es dirigida por Edison Mendoza Martínez, docente de la Escuela Profesional de Arqueología e Historia de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). El equipo describe presencia de arquitectura doméstica y ceremonial fechada hacia los fines del periodo Wari, alrededor del año 1000 d.C.
Según detalló el investigador, el emplazamiento ocupa una lomada de aproximadamente una hectárea, situada junto al río Pampas. La localización funcionó como paso natural entre valles y tierras cálidas, lo que ayuda a explicar su valor estratégico dentro de las dinámicas regionales de poblamiento en el Horizonte Medio tardío.
Las excavaciones y el registro en superficie identificaron edificaciones de planta circular y rectangular, levantadas en piedra y barro, con muros de baja altura conservada. En la parte alta del relieve se documenta una arquitectura de anillos configuración circular concéntrica que los investigadores vinculan con funciones rituales dentro del conjunto. El resto del asentamiento evidencia ambientes domésticos, lo que sugiere la convivencia de usos cotidianos y ceremoniales en un mismo nodo. Estas características se aprecian también en la galería fotográfica difundida por la Agencia Andina, donde se registran detalles constructivos y la organización espacial del lugar.
El equipo plantea que los rasgos cronológicos remiten al ocaso de la tradición Wari, cuando poblaciones locales adoptaron o reinterpretaron elementos arquitectónicos y simbólicos de ese horizonte cultural. Esa lectura se apoya en la combinación de formas circulares para espacios de congregación y volúmenes rectangulares para funciones residenciales, un patrón observado en varios asentamientos del sur andino durante la transición al periodo Intermedio Tardío.
Más allá de lo técnico, el hallazgo habla de vidas cotidianas: familias que cocinaron, repararon muros, almacenaron cosechas y, al mismo tiempo, participaron en reuniones rituales en la cumbre. La proximidad al río y a rutas naturales sugiere circulación de personas y bienes, intercambio de saberes y quizá temporadas de ocupación marcadas por el calendario agrícola. Esa dimensión humana la de una comunidad que mira el valle desde lo alto es la que hoy vuelve a emerger con cada perfil de muro y cada rasgo del terreno.
Para Apurímac, el registro de Muyu Urqu agrega una pieza clave a la cartografía Wari del sur andino. No se trata de una capital ni de un gran centro administrativo, sino de un asentamiento de escala modesta que ayuda a entender cómo se expresó el poder y la religiosidad en las periferias de un sistema estatal temprano. Este tipo de sitios permite observar la adaptación local de estilos y prácticas, y matiza la idea de una expansión homogénea.
Fuente: Andina
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