Operativo contra mafias
PNP desarticula dos redes en SJL y Callao
Grecco captura seis sospechosos; incautan drogas, armas, efectivo; investigan extorsión junto a microcomercialización delictiva.

Fuente Fotográfica: RPP
San Juan de Lurigancho.- La Policía Nacional del Perú (PNP) desactivó dos organizaciones criminales en una intervención simultánea realizada en San Juan de Lurigancho y el Callao. El operativo estuvo a cargo del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Grecco) y concluyó con seis detenidos, tres por cada organización, además del decomiso de drogas, armas de fuego, municiones, dinero en efectivo y tarjetas de crédito que, según la PNP, están vinculados a la actividad delictiva investigada.
De acuerdo con la versión policial brindada a RPP, una de las redes operaba en SJL y se dedicaba a extorsionar a pequeños empresarios y transportistas, además de practicar el préstamo “gota a gota”; la otra, identificada como “Los Temibles de Dulanto”, actuaba en el Callao con un doble frente: microcomercialización de drogas y cobro de cupos. El general PNP Manuel Lozada Morales precisó que ambas estructuras recurrían a la intimidación para exigir pagos a cambio de no atentar contra las víctimas o sus familias.
La intervención forma parte de una estrategia que combina inteligencia operativa y trabajo fiscal para ganar terreno en corredores donde se cruzan el transporte urbano, el comercio barrial y, en el primer puerto, los flujos logísticos. Por eso, el golpe tiene dos dimensiones: desarticula núcleos que presionaban la economía local y desmantela eslabones de menudeo de droga que, por su capilaridad, suelen financiar otras actividades delictivas. En términos de prevención, quitarles presencia territorial y capacidad de recaudo reduce de inmediato el riesgo para choferes, comerciantes y vecinos.
Los agentes de Grecco incautaron evidencia útil para los próximos actos de investigación: armas y municiones (clave para pericias balísticas), sustancias ilícitas (que permitirán determinar pureza, peso y procedencia), dinero y tarjetas (insumos para rastreos financieros). Con esos elementos, la Fiscalía podrá sustentar solicitudes de medidas coercitivas y robustecer el mapa de roles dentro de cada organización, desde presuntos recaudadores hasta presuntos cabecillas.
Más allá del parte policial, el caso vuelve a poner en primer plano el impacto económico del crimen en el día a día. Cuando un grupo impone pagos a conductores o comerciantes, encarece los costos y distorsiona la competencia. En transporte, por ejemplo, esas “cuotas” se trasladan a tarifas o deterioran la calidad del servicio (menos mantenimiento, menos seguridad). En el Callao, la microcomercialización agrega otro problema: normaliza la presencia de mano de obra criminal en barrios y ejes cercanos a rutas logísticas, con efectos que rebasan el ámbito policial.
El préstamo “gota a gota” detectado en SJL una modalidad que captura deudores con intereses abusivos y coerción suele actuar como extensión de la extorsión: primero se “protege”, luego se “financia” bajo amenaza. Cortar esa cadena implica sostener la presión en la calle y, a la par, acelerar procesos penales para que no se recompongan rápidamente con nuevos integrantes. Aquí la coordinación entre unidades especializadas y fiscalías resulta decisiva.
Fuente: RPP
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